Antes del Edicto de Milán, el cristianismo primitivo era un movimiento ilegal, el cual muchos consideraban antisocial y ateo debido a que rehusaban realizar actividades religiosas paganas que se pensaba aplacaban a los dioses, convirtiéndose en una amenaza para la sociedad. Según Tertuliano, "Los cristianos tienen la culpa de todo desastre público y toda desgracia que sobreviene al pueblo. Si el Tíber sube hasta los muros, si el Nilo no sube e inunda los campos, si el cielo retiene la lluvia, si hay un terremoto o hambre o plaga, enseguida surge el clamor: '¡Los cristianos a los leones!'. Un dibujo encontrado en Roma en la que un hombre con la cabeza de un asno colgando de una cruz, corrobora la idea que tenían los paganos con respecto al cristianismo. Muchos cristianos primitivos murieron en el martirio, algunas veces en la arena, después de rehusar renunciar a su fe.
Además de los motivos religiosos, también existen motivos políticos. Muchos emperadores se deificaban a sí mismos y exigían a los súbditos de su imperio el que adoraran sus estatuas colocadas en las plazas de las ciudades; igualmente exigían se les dirigiera como hijos de dioses y señor de señores. Los cristianos se negaban a realizar estos actos, debido a que para ellos era herético decirle hijo de Dios a otro que no fuera Jesucristo, lo mismo que señor de señores, al igual que la adoración de estatuas. Por ello, los cristianos solían ser vistos como renegados políticos que iban contra el status quo establecido, lo que propiciaba también sus persecuciones.
La persecución del cristianismo no es tan sólo una cosa del pasado, y hoy se asocia generalmente con países musulmanes o comunistas. Por ejemplo, la República Popular China permite sólo iglesias reguladas por el gobierno, y normalmente toma duras medidas a iglesias o a católicos clandestinos.
Los cristianos han sido víctimas y perpetradores de persecución. En tiempos antiguos, las turbas cristianas frecuentemente hostigaban a los paganos y destruían sus templos, incluso con apoyo del poder civil.
Los cristianos no sólo han perseguido a miembros de otras religiones, sino también a otros cristianos. Bizancio suprimió las iglesias no calcedonias; las armadas cruzadas saquearon Bizancio; protestantes y católicos pelearon la Guerra de los Treinta Años. También se pueden mencionar la caza de brujas del principio de la Europa moderna.
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